Me llamo Ainhoa, y mi madre estuvo 9 meses de embarazo pensando mi nombre, para que mi familia y amigos acabaran llamándome Nioli, Nachus, Nayolis, y mi favorito, Nais.

Para contaros cómo he acabado siendo la persona que soy hoy, quise recurrir a mis raíces, pero al parecer el baúl de los recuerdos es sólo para los hermanos mayores, y yo, soy la pequeña.

Os puedo contar cosas como que tengo un coche amarillo al que llamo Vainilla, que le echo limón a todo y que me gustan los girasoles y todo lo que lleve un poco de amarillo. Parecen datos irrelevantes, pero la vida tiene el sentido que uno le da. En la cultura china este color se considera imperial, representa fuerza y poder, y en psicología se ha vinculado con ansiedad y desequilibrio, siendo fiel a mi hipocondría debería preocuparme, pero como soy más positiva que hipocondriaca, he preferido quedarme con la primera definición.

De más joven (tengo 23 años), solía ser muy sensible, todavía lo soy. Para mi madre la palabra correcta sería "teatrera", y de tanto repetirme la dulcísima frase "no me cuentes cuentos", he acabado descubriendo que eso es precisamente lo que más me gusta, escribir, crear y contar historias. He aprendido que la sensibilidad sí puede ser un talento y que de la emoción salen más historias que de la indiferencia. La buena publicidad escucha, emociona, mueve y me conmueve, por eso, mi objetivo es formar parte de ella.

Como no hay nada que nos represente más que las palabras, si quieres saber más de mi, estaré encantada de contarte algún cuento ;)s contemos algún cuento ;)